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Por Marina Aguila
Desde milanesas y pastas, hasta ensaladas frescas y sofisticados platos de la gastronomía gourmet, las setas se convierten como un ingrediente versátil que cada vez gana más terreno en las cocinas argentinas. Además, de ser una elección para aquellos que deciden no consumir carnes, muchos también las prefieren por su interminable lista de propiedades medicinales.
Como su nombre lo indica, "Reino Fungi" es un proyecto comodorense ligado al amplio universo de los hongos. “Seta es lo que sería el fruto en lo que es el mundo de las plantas y hongo es en realidad lo que importa en este rubro, el producto en sí vivo”, explicó Frans a El Ciudadano del Sur.
En las góndolas y verdulerías, las setas más conocidas como Champiñón, Portobello, Morchella, y Hongo de Pino son solo la punta del iceberg. En este sentido, Reino Fungi tiene la misión de introducir al mercado local variedades “menos conocidas” pero que aportan una gran diversidad de sabores a la mesa y beneficios a la salud. “Lo que estamos trabajando, por ahora es la familia Girgola, pero la idea sería poder ingresar al mercado de Comodoro variedades como Pholiota adiposa, Pioppino, Melena de León, etc. Hay una variedad tan grande de setas, que nuestra idea es poder hacer que el público en general las conozca”.
Frans explicó que a diferencia de otras regiones del mundo, como Asia, donde los hongos son venerados y utilizados desde hace siglos, en nuestra región todavía se está empezando a descubrirlos, por lo que todavía no está inculcada “la cultura de los hongos y setas”.
El laboratorio donde nace el producto 100% local, orgánico y medicinal
Reino Fungi nació hace unos años, con esfuerzo y dedicación. Respecto a sus primeros pasos, Frans confesó que “costó un poquito en el tiempo, pero hoy contamos con laboratorio, maquinaria y demás que nos deja producir las setas”. Esta producción implica tener maquinarias especiales “que acá no existen porque, como no existe la cultura del hongo, entonces no existe una maquinaria para producirlo tampoco”, dijo.
En este sentido, el laboratorio de producción debe cumplir con ciertas especificaciones bajo estrictos parámetros de control. “Desde oxígeno, dióxido de carbono, flujo de aire y demás, tenés un control tan estricto y perfecto, que uno puede controlar en qué época se puede cosechar”, explicó. Así, no dependen del clima, sino de los tiempos que las setas requieran para madurar y fructificar.
Respecto a los tiempos de siembra y cosecha, varían según el método utilizado. “Hay gente que utiliza el método de tronco, otros utilizan sustrato. Eso va variando según también los parámetros en que se lo maneje, pero puede ir desde tres meses como mínimo con alguna seta rápida, hasta un año”. El resultado: setas con una alimentación óptima, llenas de nutrientes y con estándares gastronómicos máximos. “Un producto 100% local, orgánico y medicinal”, definió Frans.
“Aparte de ser un buen alimento, es una medicina”
Así lo definió Guillermo, al referirse a la gran lista de propiedades medicinales con las que cuentan las setas. “Hay más de 2 millones de microorganismos en el intestino y depende de lo que vos te alimentes, serán los microorganismos que vas a tener”, comenzó explicando.
“Las setas benefician a la flora intestinal gracias a sus probióticos y prebióticos. Algunos hongos incluso tienen propiedades regeneradoras neuronales y activan la corteza prefrontal, ayudando en patologías como Parkinson y Alzheimer, especialmente la Melena de León. Es un mundo tan amplio que, por darte un ejemplo, la penicilina sale de un hongo, entonces el espectro es muy grande”, comentó Guillermo.
“Si uno lo aplicara bien a la dieta, prácticamente no habría necesidad de tomar medicamentos, porque ya estarías bien a nivel interno”, destacó.
Además, las setas son una fuente única de vitamina D, algo que no se encuentra en frutas ni verduras. “No hay ninguna fruta ni verdura que aporte la vitamina D, solo algún tipo de suplemento y el sol, por supuesto”.
Los “mariscos terrestres” de la Patagonia
Aunque la cultura del hongo está profundamente arraigada en la zona cordillerana y en la comarca, no ocurre lo mismo en la región costera de la Patagonia. Sin embargo, los mapuches, tehuelches y otros pueblos nativos de la zona ya reconocían estos hongos como "los mariscos terrestres".
“Es increíble porque en realidad sí tienen ese sabor y ese aroma relacionado al mar, por ejemplo, la girgola blanca se parece mucho a lo que es la raba y al pulpo”, comenta Frans.
Las girgolas también ofrecen un abanico de sabores inimaginables para el que no conoce tanto del tema. “La girgola rosada es similar al pollo, mientras que la girgola gris evoca al cerdo”, comenta Frans, añadiendo que el sabor también depende de cómo se sazonen.
Aunque cada seta tiene su propio sabor distintivo, “en realidad se puede jugar con combinaciones, entonces hay un abanico muy grande en lo que se puede hacer desde lo gastronómico”.
Una invitación a descubrir el Reino Fungi
Frans y Guillermo invitaron a los comodorenses a descubrir el mundo de las setas y hongos. “Los invitamos a que estén abiertos y receptivos a que es algo riquísimo, que se puede agregar a la comida del día a día, para mejorar la flora intestinal, para mejorar la actividad cerebral, bajar el colesterol malo, ayudar a nivelar los estados en sangre, así que hay muchas razones por las que vale la pena agregarla al consumo diario”, dijeron resaltando que su producto viene de un ambiente totalmente controlado.
Con una mirada hacia el futuro, Reino Fungi busca crecer y llegar a más personas. Sus productos están disponibles en Comodoro Rivadavia para el público en general y también son proveedores de algunos restaurantes, hoteles, verdulerías y tiendas naturistas. “Vale la pena en realidad tener un gusto diferente en Comodoro que no lo había hasta el día de hoy”, concluyeron.
Para conocer más visitá su Instagram @reino_fungi_patagonia