Por Luciana Robledo
La ciudad de Comodoro Rivadavia celebra su 123 aniversario, una ocasión que no solo marca el paso del tiempo, sino que también conmemora la rica diversidad cultural forjada a lo largo de su historia. En este sentido, Daniel Amado, subsecretario de la comisión de Cultura de la Federación de Comunidades Extranjeras (Fedecomex), conversó con El Ciudadano del Sur sobre el papel fundamental de las comunidades inmigrantes en los inicios de la ciudad.
"Desde principios del siglo XX, los primeros inmigrantes procedentes de diversos países de Europa comenzaron a arribar a estas tierras", señaló Amado. "En ese momento, Comodoro era fuerte en la producción de lana y era el puerto para poder llevar la lana a Buenos Aires y otras regiones. Al poco tiempo se descubrió el petróleo y eso fue el incentivo para que vengan más emigrantes".
La ola inmigratoria se vio incentivada por las disposiciones legales establecidas en la Constitución de 1853 y también con leyes posteriores que facilitaban la adquisición de tierras con reducidos impuestos. "Para el año 1926, ya contábamos con 38 comunidades extranjeras en la ciudad, con apenas un 20% de población argentina", resaltó Amado.
No obstante, el viaje hacia estas tierras inhóspitas no estuvo exento de desafíos. "Los inmigrantes se enfrentaron a numerosos obstáculos al llegar a una nueva tierra lejana, con escasos servicios sociales, especialmente en el ámbito de la salud", explica Amado. Es por ello que surgieron las asociaciones para funcionar como nexo, facilitar trámites y brindar apoyo en cuestiones como servicios médicos y funerarios.
A lo largo de las décadas, las comunidades extranjeras desempeñaron un papel crucial y se fortalecieron para garantizar la integración y el bienestar de los recién llegados, aunque entre 1960 y 1970 comenzaron a mutar. “Con el tiempo las asociaciones estuvieron más volcadas a lo cultural y trataron de mantener las tradiciones y las raíces que se iban heredando de generación en generación. Una de las cosas más importantes es el baile característico de cada comunidad, eso es lo que primó mucho y es lo que hoy es el mayor incentivo para que esto siga funcionando”, señala Amado.
De la asistencia social a la promoción cultural
La Federación de Comunidades Extranjeras funciona como tal desde el 2000, aunque ya contaba con el precedente de la Comisión de Colectividades Extranjeras fundada en 1989; en ella las distintas asociaciones se organizan para trabajar de forma conjunta. En principio, la Comisión contaba con 11 colectividades asociadas. En el presente hay 21 asociaciones que están federadas y que se dedican a la promoción cultural.
“La federación se conformó a partir de una reunión de amigos, por iniciativa del doctor Jose María Amado. El interés era conformar una federación que uniera a las asociaciones con el objetivo de celebrar el día del inmigrante y hacer una gran fiesta común que identificara a Comodoro”, contó Amado. Es por eso que entre sus actividades principales se encuentra la realización de la Feria Nacional de Comunidades Extranjeras y la elección de la Reina Nacional y Embajadora de la Diversidad Cultural del Chubut.
“El objetivo de la Federación es seguir manteniendo el legado cultural y las tradiciones, porque creemos que somos lo que distingue a Comodoro Rivadavia. La ciudad merece esta identificación a través de la Federación porque así nació, con distintas inmigraciones que fundamentalmente han venido de Europa y que después se fueron ampliando con las comunidades latinoamericanas”, detalló Amado.
Manteniendo viva la memoria de los pioneros patagónicos
Más allá de los fines culturales, el compromiso de las colectividades trasciende las fechas festivas siendo fundamentales para la preservación de la memoria colectiva y la identidad local. “Los llamamos pioneros patagónicos porque no es lo mismo haber venido a Buenos Aires que haber venido a la Patagonia, acá estaba todo por hacer y ellos lo hicieron. Nosotros tenemos esta ciudad gracias a ellos y les debemos mucho", enfatiza Amado. "Su legado nos recuerda la importancia de la memoria y nos inspira a mantener vivas nuestras tradiciones".
Teniendo en cuenta el decálogo del inmigrante, el referente expresó: “La primera máxima es la memoria porque justamente lo que hacemos nosotros es recordar todo el pasado de los pioneros, que no es más ni menos que recordar el pasado de Comodoro Rivadavia”.
Por último, Amado celebró que en un mundo marcado por conflictos y divisiones, Comodoro Rivadavia, con sus altos y bajos, ha sabido sostener la convivencia y el respeto mutuo. “Muchas de las personas inmigrantes vinieron de Europa escapando de la guerra, vinieron buscando un lugar de paz, en dónde formar su familia con tranquilidad, tener un trabajo asegurado y un bienestar”, señaló Amado. “Creo que eso lo seguimos teniendo y es una gran ventaja. Acá tenemos todas las etnias posibles y todos estamos bien, sin embargo en el mundo se está demostrando otra cosa y eso también es importante de rescatar”, sostuvo.
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