Por Marina Aguila
Cristian Orellana y su amigo Alfredo, producen los ecoleños en Km 5. “Surgió de las tantas ideas que tengo yo. Con mi empresa hace más de 10 años trabajamos en la zona y hacemos la recolección de grasa y aceite. Si bien estos productos tienen un valor comercial en Buenos Aires, siempre estuve pensando qué más podía hacer por la ciudad y los vecinos. Entonces quería desarrollar algo diferente y salieron los ecoleños, que es una mezcla de grasa y aserrín o virutas de madera”, explicó Orellana a El Ciudadano del Sur.
La elaboración de ecoleños se inserta dentro de la gestión integral de residuos urbanos. Son ladrillos hechos de grasa y aserrín, materiales reciclados, que al complementar la leña, ofrecen una alternativa sustentable y económica para cocinar y calefaccionar espacios durante la temporada de bajas temperaturas.
Ya hace algunos años, Cristian y Alfredo comenzaron a distribuir ecoleños en sus propios vehículos a los vecinos que no cuentan con una red de gas. “No hay que irse tan lejos, acá mismo en Km 5 o en Km 8 hay gente sin gas y en muchos barrios”, comentó Orellana. “Ya hace mucho frío y la gente que utiliza leña la está pasando mal, y a nosotros no nos es indiferente. Tanto el sector privado como el público, creo que podemos poner algo como para ayudarnos entre todos”, dijo.
En este contexto, se presentó un proyecto en el Concejo Deliberante para que el Poder Ejecutivo Municipal arbitre los medios necesarios para fomentar y apoyar el desarrollo de la economía circular en la ciudad, específicamente impulsando la fabricación de ecoleños.
La iniciativa fue propuesta por los concejales Mariela Aguilar y Ariel Montenegro. “También se han acercado el Intendente y representantes de diferentes secretarías, así que estamos a disposición de lo que ellos piensen o crean necesario hacer para ayudar a la ciudad”.
Orellana subrayó que el problema de la falta de gas no se limita al invierno: “La gente que no tiene gas, es en todo el año. Tiene que usar leña o garrafa, que tiene un precio bastante alto, o calefaccionarse con electricidad, que ya sabemos lo que contrae”, dijo, aludiendo a los altos costos de las facturas del servicio.
En este sentido, se busca que la fabricación y distribución tenga más apoyo: “Repartimos a pulmón, pero llega un momento en que nosotros solos, desde el sector privado, no podemos continuar. Sería mejor darle un buen marco, hacer tandas de a 1000 ladrillos, contratar gente, profesionalizarlo y desarrollarlo como emprendimiento” dijo y agregó “por eso el proyecto está totalmente a disposición del municipio, para poder acercarlo a los ciudadanos”.
Además explicó que en los próximos días tendrá una reunión con el INTI de Villa Regina para realizar los controles pertinentes del producto y así tener una reglamentación de su uso.
En este contexto se vuelve crucial fomentar alianzas y colaboraciones con organizaciones a nivel comunitario (vecinales, clubes, escuelas), empresas y emprendedores locales que trabajen en proyectos de economía circular y fabricación de ecoleños. A la vez que el municipio pueda brindar apoyo técnico y financiero cuando sea posible.
Cuáles son sus características y cómo se fabrican
“El procedimiento es súper sencillo”, comenzó explicando Orellana. Él junto a su compañero consiguen la grasa en restaurantes y rotiserías que retiran con grandes generadores, a través de la empresa de Orellana. “Si bien tiene un valor comercial en Buenos Aires, acá le encontramos otra utilidad y está categorizada como un residuo”, agregó.
Continúo explicando: “A esa grasa la mezclamos con viruta de madera, que es otro residuo que encontramos en las madereras. Hacemos una masa y para compactarlo lo ponemos en una adoquinera, que es lo que tenemos a mano para hacer la forma de los ecoleños, pero en realidad se puede utilizar cualquier tipo de forma”.
El ecoleño pesa cerca de 1,400 kg, tiene una duración de 5 horas, y puede ser utilizado tanto para calefaccionar como cocinar. “Quienes utilizan salamandras lo pueden usar de manera entera que dura 5 horas. No larga humo ni olor, es sustentable, económico y con materiales reciclados. Esas son algunas de las propiedades que tiene el ecoleño”, concluyó Orellana.
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