En Argentina funcionan más de 1.500 bibliotecas populares, con características muy diversas, desde edilicias hasta de servicios y disponibilidad de tecnología de la información.

Ayer en el marco de la 48 Feria del Libro de Buenos Aires se realizó la charla sobre las "Bibliotecas Populares: donde la sociedad se organiza para difundir la lectura y la cultura" con la presencia de la comunicadora Mirta Goldberg, la escritora y Narradora Ana Maria Bovo y el investigador Javier Planas, quien escribió el libro acerca de la historia de las bibliotecas populares en la Argentina.

En la oportunidad Ana María Goldberg, al referirse a la tarea de los mediadores de lectura y de las bibliotecas, reiteró la necesidad de que la lectura no sea una maratón, donde se cuente el tiempo o los libros que se leen. "No se lee para ganarle al otro -afirmó- , no es una olimpiada deportiva. Cada lector tiene su tiempo, su ritmo, su vivencias. Leer es habilitar un tiempo y espacio en la vida de cada uno".

Por su parte Javier Planas, quien se refirió a la historia de las bibliotecas populares en la Argentina, que nacieron en 1870, impulsadas por distintos factores. Sin embargo, pasan los años y "el estado aún debe saldar la deuda de crear bibliotecas públicas", afirmó.

Finalmente la escritora y Narradora Ana Maria Bovo, con un habitual genialidad, relató su experiencia como lectora y escritora en su corta edad, en tiempos en que visitar la biblioteca era una especie de castigo en las escuelas.

La lectura requiere de un tiempo, espacio y esfuerzo del lector, y el mediador es un animador, que da animo a quien ya está en el camino de la lectura, o a los que recién se acercan a esta actividad.