La noticia sobre el robo de tres bandejas de carne de un supermercado chubutense, en la ciudad de Trelew, provocó las más variadas lecturas y análisis de situación que van desde “el castigo” por un hecho delictivo, hasta el “dolor de la necesidad” en tiempos de crisis.

Es que las protagonistas son dos nenas de 10 y 12 años quienes fueron “sorprendidas” cuando, durante la noche del miércoles, intentaban salir del comercio con tres bandejitas de carne sin pagarlas y escondidas en sus mochilas.

Atentos a la situación, el personal de seguridad del supermercado demoró a las niñas,

recuperó los tres cortes de carne envasados, le pusieron valor al intento de robo -un total de 39.774 pesos- y las puso a disposición del personal policial que las trasladó hasta una dependencia policial y dio cuenta del hecho a Fiscalía y a su vez, se dio aviso de situación a la Asesoría de Menores de la ciudad de Trelew.

Lecturas diversas

Lo relatado anteriormente es la noticia del hecho policial ocurrido pero, como consecuencia, el conocimiento de lo ocurrido derivó en los más diversos comentarios y lecturas diversas sobre la situación misma, la condena por el robo, el daño psicológico a las niñas tras el “manoseo policial-jurdicial” que amerita la intención delictiva, el estado socio económico de las familias de las menores y el “dolor de la necesidad” que va sufriendo un número creciente de vecinos.

Con todo, y si bien reprochable la acción, quizás debería conocerse primero la realidad actual de las familias de las pequeñas antes de que “dos niñas de 10 y 12 años”, se conviertan en protagonistas regionales, quizás nacionales, de un estigmatizante robo de un trozo de carne. Esto también da cuenta del crecimiento de los pequeños robos, muchas veces protagonizados por personas en situación de calle o extrema marginalidad.