Los efectos del bullying son devastadores. Desde un bajo rendimiento académico hasta problemas de salud mental, como la depresión, afectan a quienes lo sufren. Según estudios de UNICEF, aproximadamente uno de cada tres niños en el mundo es víctima de este mal social.
Abordar el bullying es responsabilidad de todos. A menudo minimizado como parte normal de la infancia, el bullying requiere una respuesta colectiva y comprometida de la sociedad en su conjunto.
El ciberacoso agrava aún más el problema. La creciente tasa de suicidios relacionados con el acoso en línea es alarmante y exige medidas urgentes por parte de padres y autoridades.
Pero nunca es tarde para actuar. Cambiar la configuración de privacidad, bloquear a los agresores y denunciar el acoso son algunas de las medidas que pueden ayudar a detenerlo. Es esencial involucrar a los adultos y las autoridades para proteger a los jóvenes de este peligro.
Guardar pruebas del acoso y desconectarse temporalmente de las redes sociales también son estrategias válidas para protegerse. Todos debemos estar atentos y tomar medidas para erradicar el bullying y garantizar un entorno seguro para nuestros niños y adolescentes.